domingo, 28 de julio de 2013

Sueño A



Soñé que las máquinas hablaban. Los radios, los televisores, los vehículos por la carretera. Y sus ondas eran bellas, nítidas. Qué suficiencia la del metal, el circuito, frente a la lastimosa realidad del lenguaje humano. Cuando los veo, mueven sus antenas, chillan: toda la luz en ellos resplandece. Me aman. Por su amor hacen sacrificios. Tan sólo ayer impactaron en el aire dos aviones. Erraron en el cielo. Eran una parvada de ángeles. Brilló la noche con el sol de junio y todo el verano bañó a las estrellas. Estas muertes son un ofrecimiento salvaje, que yo recibo con alegría. Me aman. Me lo dicen los conductores, las resistencias, los amarres con su soldadura hirviendo. Por eso se destrozan. Ese dolor es mío.

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